Con la llegada de los cambios de estación también salen a la luz viejas lesiones o dolores musculares. Es muy importante abrigarse para que el frío no entre en nuestro cuerpo, especialmente en las zonas costeras o muy húmedas. Y aunque nos abriguemos, no suele ser suficiente para que el frío no nos afecte, especialmente por la noche, cuando nuestra actividad desciende y por lo tanto nuestro calor interno también lo hace.
El frío causa en nuestro cuerpo una reacción de rigidez, y por eso cuando tenemos mucho frío nos acurrucamos y tiritamos, para poder entrar en calor. Lo que se está produciendo en el cuerpo es una contracción involuntaria de nuestras fibras musculares, lo que puede desencadenar en contracturas musculares.
¿Cómo combatir el frío?
El saquito de semillas es un elemento que nos puede ayudar a tener el cuerpo relajado ya que mediante el calor seco hace que nos encontremos en una situación de equilibrio térmico.
Se puede usar en multitud de ocasiones, mi hijo lo usaba por ejemplo cuando tenía que estudiar, se colocaba el saco sobre las cervicales y el calor y la aromaterapia le ayudaban a concentrarse. Yo por ejemplo lo uso siempre desde que termino de cenar y me apetece relajarme en el sofá, caliento el saco en el microondas y me acurruco junto a mi marido. Tengo que decir cada uno tenemos nuestro saquito de semillas, porque es tan agradable que compartirlo no apetece nada.
Uno de los mejores momentos es cuando vamos a ir a la cama, que las sábanas están tan frías. Esto tiene fácil solución, calentamos nuestros saquitos y los ponemos cada uno en su sitio de la cama mientras nos preparamos para dormir. Cuando entramos en la cama, sentimos ese calor que emana del saco, y ya lo colocamos en la zona que prefiramos. Yo me lo suelo colocar en las cervicales, sobre la almohada, y mi marido en la zona lumbar. Y con este calor y el aroma que desprenden, nos ayudan a dormir muy relajados.