Para explicar que es una contractura muscular vamos a entender primero cómo es un músculo por dentro. Imaginemos un músculo como un conjunto de muchas gomas. Estas gomas se estiran y se encogen, acercando o alejando los extremos ( que son los huesos). Estos acortamientos y estiramientos, a veces son voluntarios, como cuando practicamos deporte. Otras veces son involuntarios, como cuando exigimos al músculo demasiado esfuerzo, o permanecemos mucho tiempo en una mala postura.
Especialmente cuando la contracción es involuntaria, a veces unas cuantas gomas se quedan encogidas, y ya no vuelven a estirarse. Para que nos entendamos se forma un nudo de gomas. Este nudo de gomas, provoca que a esa zona no le llegue la sangre, y al no llegarle la sangre esa zona se inflama y nos comienza a doler.
¿Cómo podemos quitar una contractura?
La contractura pasa por varias fases, empezamos a sentir dolor de forma aguda. Si no hacemos nada para evitarlo y seguimos realizando la mala postura o lo que nos provocó la contractura, se puede cronificar.
Lo primero que tenemos que hacer es pensar en la prevención. Como dice el refrán, más vale prevenir que curar. Para ello, podemos realizar algunos estiramientos de forma periódica o realizar algún tipo de ejercicio físico.
El pilates es ideal para prevenir las contracturas posturales, que son la mayoría.
Como primeros auxilios para quitar una contractura,una vez que empezamos a sentir algo de dolor o rigidez en la zona, sería aplicar calor seco. Aquí existen dos opciones, manta eléctrica o saco de semillas.
Las dos son válidas, pero hemos de tener en cuenta que no hay que sobrepasar los 20 minutos de calor intenso. Si es así, se puede provocar el efecto contrario. Con el cojín terapéutico es más fácil porque a partir de aquí va reduciendo el calor paulatinamente. Con la manta tenemos el riesgo de que se nos olvide o quedarnos durmiendo, y empeorar la situación.
Con el calor en la zona, se enviará un mensaje al cerebro de relajación, haciendo que el dolor se calme. Podemos poner calor tantas veces como queramos, pero dejando 1 h de descanso. Seria muy conveniente combinar el calor con algunos estiramientos suaves de la zona. Si no es muy fuerte el dolor, podemos dar un masaje suave en el sentido de las fibras musculares.
En cambio, si el dolor es agudo conviene no manipular la zona. Siempre será mucho mejor si el masaje te lo da una persona experta. Recordemos que el calor seco y el masaje son sólo unos primeros auxilios.
Si después de todo, persiste el dolor, sería muy conveniente ponerse en manos de un especialista en osteopatia o fisioterapia. Una contractura tratada a tiempo tiene fácil solución dentro de lo que cabe. Una contractura que se alarga en el tiempo puede acarrearnos serios problemas. No debemos dejar que las contracturas se cronifiquen.